Polvos Rosados: poemas que develan lo invisible frente a nuestras narices

Muchas veces la imaginación se ve estimulada a partir de sucesos y situaciones que exceden las rendijas lógicas de la realidad, cuando se habita, por un largo tiempo, otros espacios públicos y sociales que carecen de toda norma convencional: lo que habitualmente es considerado marginal, rápidamente se convierte en una carga misteriosa y ese equipaje adquiere una imprevista materialidad en los ojos de ese poeta “testigo-observador” que entra en contacto con la realidad de manera amplia y profunda.

En Polvos rosados, de Markos Quisbert, existen “poemas-frasquitos” que contienen altas dosis de lucidez y activan una maquinaria textual que envuelve a los conceptos en juego, su musicalidad, y a la música sus ideas. Cito algunas líneas del poema “Una sensación”:

El anciano de barba, se huele la ropa

las manos, las axilas

siente un olor a traición.

Enciende su pipa hechiza y se sienta

a la entrada de su casa/bodega.

Huele sus piernas

sus pantorrillas

y siente que es intenso

ese aroma que lo perturba”.

Este poema verifica la presencia de personajes bizarros que revalidan una existencia hundida en la decadencia del sistema hipercapitalista, vidas humanas naufragadas por el abuso de sustancias, que integran un paisaje en constante descomposición, a raíz del consumo de drogas, como una problemática social que se ha expandido en los últimos 46 años, desde el inicio de la dictadura militar en Chile. Pero este libro, no solo versa, de personajes sumidos en la droga, sino también, de aquellos jóvenes que dominados por el erotismo, desgranan una antítesis al cartuchismo y refrendan una lascivia originada por el ánimo de explorar nuevas sensaciones en la vorágine de nuestra sociedad contemporánea. Markos, expone con finura y prolijidad, diversas situaciones específicas que su ojo crítico ha logrado captar y poner en curso distintos efectos poéticos en cada uno de sus textos, como un arquitecto que desenvaina su planos a la intemperie, cuyas herramientas discursivas, consiguen construir atmósferas y una estética atravesada por el pop, el kitsch, el lirismo concreto, arraigado en una poética anti-idealizante que congrega movimientos de ruptura y retorno simultáneos, en profundizar características de personajes marginados por el sistema neoliberal, que aparecen como zombies cada día, ampliando una entonación hipnótica y rítmica en cada uno de los poemas.

El autor emite frecuencias musicales en cada texto, que van construyendo una frontera imaginaria y fértil, donde se entrecruzan personajes adultos mayores, chiquillos, patos malos, drogadictos, sujetos parecidos a Sandro en su peor momento, chicas haciendo origamis frente a la ventana, borrachos empinando el codo con anís o vino en cartón, pipas hechizas en los bolsillos, gente en una esquina comiendo almejas sobre un tambor. Estos personajes, objetos y situaciones no se sitúan en un espacio determinado, ningún poema clarifica de dónde provienen estas características, cuál es su origen o contexto. Solo sé, que su registro escritural expone una voz narrativa y poética a la vez, que se basa en la descripción y construcción de una voz en tercera persona que retrata un espacio, un tejido social marginado, invisibilizado, crudo y decadente, que solo a través de estos poemas se develan distintos escenarios con una estética original, que profundizan la mirada punzante y afilada de esas particularidades violentas y bellas que nos rodean. Como dice el poeta peruano Eduardo Chirinos, “La poesía no aspira a que la entiendas, aspira a que la disfrutes, a que la quieras, a que sientas complicidad y cariño por ella”.

Rodrigo Rojas Terán

Poeta

Markos Quisbert (Arica, 1980) Licenciado en Lenguaje y comunicación. Ha sido beneficiado por la Beca de Creación Literaria del Fondo del Libro y la Lectura de Chile los años 2003, 2007, 2011 y 2016. Ha publicado la plaquette “Atavíos” (Ed. Moda y Pueblo, Santiago, 2009) y el libro “Cero Glamour” (La liga de la justicia ediciones. 2011).

Rodrigo Rojas Terán (Arica, 1987). Poeta y Técnico en Trabajo Social. Ha sido antologado en el libro Predicar en el Desierto: Poetas Jóvenes del Norte Grande, editado por la Fundación Pablo Neruda en el 2013. En ese mismo año, su conjunto de poemas Cumbia ácida obtiene un premio especial en el Concurso Literario Joven Roberto Bolaño del Consejo de la Cultura y las Artes. En 2014, Perro de Puerto Ediciones de Valparaíso, publicó su poemario "Cumbia ácida" (adelanto). También ha sido antologado en "Muestra literaria de Arica y Parinacota, Tomo II: autores del 90 al 2010" , publicado por la DIBAM y el Consejo de la Cultura y las Artes. En 2015 obtuvo la beca de creación literaria del Fondo del Libro por el Consejo de la cultura y las Artes, con el proyecto "Sonora imaginación".