Imágenes de la inmutabilidad y la destrucción: libro de Tito Manfred (selección)
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La escritura y el amor se desplazan a esa zona oscura que circunscribe el lenguaje. Un obstáculo entre nosotros: palabras, residuos del pensamiento. Trato de hacerme entender, acercarte lo inaccesible. Piensa en estos versos de Creeley, comprende la imposibilidad de ponerlos en práctica: Por amor, abriría / tu cabeza y pondría / una vela detrás / de los ojos. Tú y yo sabemos que no hay motivos para celebrar que escribimos, para celebrar que amamos. Vastas regiones de opacidad nos llaman y nosotros acudimos.
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Despertar al alba y desayunar viendo videos de animales. Imágenes de la inmutabilidad y la destrucción. Un león corre tras una gacela. Creemos conocer el desenlace, sin embargo, el antílope se escabulle finalmente: ha sobrevivido un día más en la sabana africana. Esta secuencia en algún momento se viralizará y reconfortará a millones. Por esa gacela sobreviviente, miles de videos de leones carneando un cuerpo recortados contra un paisaje crepuscular. El corazón es una gacela, digo como si estuvieras aquí.
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Donde un bagre debía desplazarse imperceptible entre los arrecifes, un banco de peces oscureció las aguas. Un río se desborda y su desborde es la condición de su existencia. En una playa no apta para bañistas, las olas destruyeron lo que no destruyó la última helada. Un molusco busca adosarse a los roqueríos, sufre la violencia de las olas y se pierde en el fondo del agua. No hay adherencia posible. Dejaste entrar demasiada luz, se produjo un deshielo y nada sobrevivirá al curso de las aguas.
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Los animales se repliegan a sus cuevas, los cazadores vuelven a sus casas, el bosque se restaura a un estado anterior al fuego y el mar se recoge llevando consigo peces y toneladas de basura. Como residuo de un paisaje, permanece una figura opaca sobre la nieve que mengua entre las piedras. Un cuerpo seriamente mortificado por lenguaje, dice una voz a distancia, mientras otra responde: También están los desiertos matinales, tapados de animales muertos. Voces circulan y nos ignoran. Alguna vez construimos un mundo poblado de nuestras palabras. Un cuerpo convulsiona entre las piedras y ningún poema lo toca.
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Lo tuyo que permanece en reserva se aproxima a pesar de la resistencia de las olas pobladas de infinidad de peces sin nombre. La imprecisión en el lenguaje parece asegurar que los peces continúen inalcanzables, a una distancia abisal de tu mano. Una imagen de la fragilidad no garantiza la destrucción de los bordes que le dan forma a aquello que sostienes. Un cuerpo ingresa en el mar sabiéndose incapaz de sortear el rompimiento de las olas contra formaciones rocosas que nos anteceden. Digo tu mano por decir tu mano y su extensión, anticipo que lo único a lo que accederé será a tu extremidad agitando las aguas. Una vez soñé que escribía un poema para ti y el mar se recogía iracundo. No recuerdo bien cómo terminaba el sueño o si era interrumpido por el miedo a que una ola me arrastrara hasta el lugar en el que vives. No quiero pensar que escribir es la manera de dar forma a ese sueño. El mar se recoge, los peces se reagrupan, tú no estás en casa.
de imágenes de la inmutabilidad y la destrucción
Editorial Cuadro de Tiza
2019
Tito Manfred (Arica, 1983) Ha publicado el ebook 13 poemas (2016); los libros libro "Material Descartado" (2017) y "Los peces se dirigen a las redes de pesca" (2018). En 2017 ganó el premio Publicación Digital (cnca) por 13 poemas. Es editor de la revista y editorial Jámpster.