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Los surfistas y otros poemas: libro de Víctor López Zumelzu (selección)

PANORAMA


Cuánto se puede estar esperando que las ondas de la marea bajen que el chico rubio del bodyboard tienda su toallita en la playa.


Estar en un país sin más remedio que esperar. Sacarse unas piedras negras de las uñas para que luego caigan rodando en la tormenta.


Qué se inició entre el dormitorio y el televisor. Entre el dormitorio y el televisor hay ciertas líneas divisorias que no son más que la naturaleza de un lenguaje que se pierde como no se pierde siempre la cresta de la ola al final del corredor.


Estar aquí o allá, al vaivén.


Ser uno más en la larga fila del banco donde no hay dirección.


Ni tampoco una brisa que refresque ya que todo se ha venido mezclando con el paisaje.


PANORAMA II

Nada tiene que ver este lugar con su felicidad

ella se sienta en primavera cruza los dedos y se duerme

En el estacionamiento las sirenas de las ambulancias se deshojan

a la primera señal de lluvia al igual que las buganvilias

El camillero sueña algún día tenderse y ser parte

de ese breve recorrido hacia la floresta

El otro día colocó tantas pastillas en su boca que la ciudad le pareció una gigantesca mancha de aceite que alguien por descuido instaló sobre un mantel ajeno

Horas días minutos de esperar

Con el tiempo las líneas de las hojas se vuelven más quebradizas

los pliegues desaparecen

Recuerda haber tenido un novio francés que conoció

en una tienda de fotografía

el cual dijo que en otros lugares se levantan

grandes balnearios artificiales con olas y todo eso

Al otro lado del cristal hay un mar en retirada

una lámpara un pequeño espacio que se ilumina

Mientras ella piensa en aquellos balnearios que gente desconocida construye muy lejos de aquí.

Algunas noches los fantasmas de mis antiguas novias muertas se recuestan al otro lado de la cama y me dicen ¿Puedo llamar desde hoy a tus manos sombra? ¿Puedo llamar a tu boca dinero? Somos antiguas novias muertas y por ello podemos aún por las mañanas tomar de tu taza de café, hacer frente al espejo el nudo de tu corbata, usar tu cepillo de dientes y limpiar la ausencia que supone estar vivo. Antiguo amante tu piel ahora es de tiza, cal, vinagre. No teníamos dinero ni siquiera para un cigarro ¿Recuerdas cuando hacíamos el amor mientras afuera los perros furiosos arrastraban el cuerpo sanguinolento de los pequeños gatos muertos? Recuerdas el sonido de las sirenas, los vasos rotos, las lágrimas, una despedida difícil que ninguno de los dos sabíamos iba ser hasta la profundidad del tiempo.

UTENSILIOS CORTANTES

Todos los utensilios cortantes son brillantes y luminosos

a una ilusión troyana me refiero no a la ilusión dantesca

ni romántica del suicidio

Ahí están esperándonos sin lenguaje navajas hojas de afeitar botellas rotas

Deseándonos que el cielo se nos venga encima

como una gran bola disco (con todos esos espejos)

cuando precisamente no estamos en una disco

sino aquí al otro extremo de una plaza

pensando en alguien o simplemente acariciando

el cabello claro de un gato lamiendo la noche.

LOS SURFISTAS

Yo a veces pienso en Bárbara; no en ella como el poema ni en el doblez de su falda a cuadrillé que se recuesta delicada sobre sus piernas ni tampoco en sus anteojos por donde se filtra el sol y luego se desvanece. Sino que pienso en Bárbara como lo que hay detrás de cada poema. Detrás de cada poema hay una jauría de perros salvajes que son más hermosos que la muerte. Detrás de cada poema hay un surfista con el diente cariado que espera en su tabla la cresta de la ola que algún día habrá de quemar la belleza. Yo a veces pienso en Bárbara y en el verano como un tatuaje espumoso en el corazón de todos los surfistas. Mirlos y gaviotas son solo borrones que se pierden a lo largo de la ciudad, imágenes repetidas como en un pequeño espejo de baño es la nariz, los labios, la sintaxis vocal de la ropa interior, aquellas manchas blancas. En un poema la palabra amor será siempre la punta de la espina que al final olvidaremos.

de Los surfistas y otros poemas

Víctor López Zumelzu

Editorial aparte

2018

Víctor López Zumelzu (1982). Ha publicado "Los surfistas" (Premio hispanoamericano de poesía 2015), "Anleiturg, um Ssch in der Stadt zu vertieren" (2009), "Guía para perderse en la ciudad"(2010), "Erosión"(2014), "Mi hermano"(2015) y "Boceto de plantas y animales"(2017). En el año 2016, fue becario de la Fundación Pablo Neruda. sus textos han sido traducidos al portuguéz, inglés y alemán.

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