Un corcel con sarna: cinco poemas de Daniel Pommers
NOCHES DE HUESO
Ginsberg dijo que moriría por su poesía
por un poema salva mundos
por lanzar piedras en cada palabra
por incendiar gobiernos de la muerte
contra estados piratas del fin
esos hechos de tripa suelta que buscan refugio.
Las masacres son el enlace a nuestra comunión
son el nuevo orden
y en lo mundial somos municipios niños
gargantas frías
amigos del mal
porque la maldad es historia de todos
es un diccionario de navegación
y aunque no tenemos paraíso
reinamos una empresa de la ruina
donde somos porquería inhumana
donde la CIA y el Mossad siguen trasnochándose
donde nadie escapa de los mundos desaparecidos.
Aunque nacimos sonsacados por la muerte,
andábamos difuntos cuando supimos la verdad
como rifles−castillos de un sionismo−nativo
como letreros diseñados para barajar las almas.
Cuando el excremento de cien años termine
se descubrirá el nido de los monstruos−élite
sus ejércitos caerán
y, heridos de muerte,
tragarán la lava de nuestra orina,
se someterán
a las siempre feas y dispuestas muertes
a las tumbas donde viajamos en silencio;
y si esta isla se olvida de nosotros,
recuerda, fija la mirada en el ataque.
Riño, a fin de cuentas, Panero lo dijo,
El poema está hecho para matar.
PALACIO EN OTRO
En mis sueños huyo de un corcel con sarna.
Aparece como una epidemia, como algo podrido
como un ser huérfano de humanidad. Sé que es rata
(que muerde y me busca y que no descansa);
sé que él es el emperador de los ejércitos innombrables
sé que debo esconderme porque ando perdido en su palacio
lo sé porque viene espumado y se acerca desbocado hacia mí:
y de repente puedo sentirlo rabioso hundiendo sus dientes en mi espalda.
Lo veo correr mientras huyo pensando que es el diablo, que es puramente:
que es perfecto, todo lo que conozco de mis sueños lo hace suyo,
y se come mis pies; él,
el emperador de las noches, nunca descansa, no puede entrar en su morada.
Así vigila el palacio de los misterios: provocándome un horror que solo los muertos entienden, algunos muertos pueden ser nuestros pues se olvidaron del miedo.
El corcel sangra brea por el hocico porque está protegiéndose,
no busca ser jefe de maldiciones ni dar asilo a los intrusos;
labora merodeando los jardines de su reino y se escapa de mí, está herido,
es diablo y no se atreve a comer de los frutos que él mismo ha sembrado
solamente viene a mí para ahuyentarme, entonces lo recuerdo, él se protege
del apetito
de los vagabundos
de la gente sin nombre
así como yo.
CALAVERA
He sido enemigo
de la traición
de las ratas
de la costra.
Y aunque nuestros enemigos son muchos
aquí van mis favoritos, estos jamás
pueden ser aliados de ninguna revolución:
geeks que se vendieron a la CIA
de Wall Street, de Facebook, del FMI;
a farmacéuticas y laboratorios que inventan
monos, gusanos, Rambos, pijas, sidas;
gobiernos que esconden leyes de
homofobia, de cierre, de venta,
de muerte, de ricos, de brutos, de acomodo;
traficantes de meth, de niños, de ancianos, de mujeres,
de hombres, de insectos, de armas;
religiones con hambre que solo encuentran
culto en la venida de Dios
diciendo que los anticristos vienen // que el mundo se acabará.
Pero la verdad es que una congregación no puede vociferar el fin
porque conocen el fin sin tener a Dios en su mano.
Hay molestia
porque nuestro bus viaja por el tiempo
sin esperanza, porque llevamos el tártaro
adentro
porque
atraviesa nuestra lengua
y nos hace enemigos,
bestias de tierra y fango,
veteranos pero caducos,
sin diademas ni uñas.
LA TEMPESTAD ALFA
mire las garras de la vida limando el hueso de los niños
mire a los niños comerse los bollos enfermos de una lombriz
el linaje vanagloriado de usar navajas y estómagos abiertos
a los niños que duermen pasmándose las venas en cucarachas
con las ropas de una infancia posta que Satanás les regaló
mire las víboras goteando ciudad manca por las cabezas de todos
mire la fiebre de los niños albergando lepra invisible en la boca
con su tufo de miserables para estrujarse por las calles y la gente
mire a los niños difuntos a lo lejos y en las agujas de Río Piedras
y mire la fiesta borracha de su alma en las tripas de un desierto.
siempre niños: siempre enamorados.
SIN EMBARGO Y SIN EDICIÓN
Para mí eres el mejor poeta
Sin viernes, asustado
Tratando de escapar de la guagua aérea
Intento vivir al final de la memoria
De los portavoces
De la gente mierda
Adiós, eso nunca lo diría un compa
Pero lo que sí podría decir es Soy
Ser como el loco
Como tú
Es que la isla se vacía
Mis amigos se fueron a Florida
Se encuentran jodidos con tres trabajos
Pero yo
Yo permanente
Yo, hijo de la Diosa del Mar sigo adelante
Lo hago para mantener el frente libre de gringos y arpías
Es un problema. . . Tú, tú y tu progenie se muere.
Daniel Pommers (Daniel Márquez Rivera) (Ceiba, 1985). Estudió bachillerato en Sociología en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras y en el Programa de Maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón en Santurce. Es autor del libro El esqueleto presenta (Ríos Piedras. Editorial Bacanal, 2009) y Que así sea: Poemas 2005-2011 (Trujillo Alto. Gato Malo Editores, 2013); asimismo, ha colaborado en revistas y periódicos nacionales como la Revista Bacanal (varios volúmenes), La Polis, Hotel Abismo (volumen #6), Periódico El Rehén, TeknoKultura, Letras Salvajes, Revista Digital Voces Subversivas a la vez que continúa su labor cultural en chocarreras.blogspot.com y frecuenciasalternas.com publicando relatos, poemas, crónicas y ensayos. Actualmente forma parte de Generación del Atardecer Presenta y es presidente de la editorial puertorriqueña e independiente Gato Malo Editores.