Sobre el movimiento de las estrellas fijas: libro de Juan Pablo Rodríguez (selección)
PRIMER POEMA
Bosquejo puntos con un palo
sobre un camino de tierra.
El primer poema sigue ese patrón de escritura.
Luego llueve. Llueve mucho.
El poema no es el mismo
después de esa experiencia.
El camino también sabe
de transfiguraciones.
Un camino por el que nada circula
deja de serlo y cualquier superficie
se puede transformar
en carta náutica o croquis aéreo.
Ya que navegamos a la deriva
y el mar es una vieja técnica de distanciamiento
deberíamos unir los puntos
de la constelación y ver qué dicen.
No dicen nada.
Pero indican la materia
de la que está hecho la falta de tiempo
el agua potable, la proveniencia de ciertas úlceras.
Si los mapas están de moda
es porque el territorio asfixia
y sabemos y no sabemos dónde está
como sucede con ciertos órganos.
No quiere irse en el sueño
el oso que vigila
las constelaciones ausentes
en la última conserjería de la tierra.
No hay lenguaje meridiano ni instrucciones
para echar a andar la brújula
la máquina inflamada por el aire
que circula sin idiomas.
MAIAKOWSKI EN LA DUCHA
Cuando piensas en un poema
bajo la ducha
y el agua quema
la piel cambia.
Una membrana
no una metáfora
se abre y respira.
Cuando los dos dijimos
“hace frío”
al mismo tiempo
y llovía
queríamos decir:
ven
un abrazo
no un polerón
ni un suéter
con un pingüino
deshilachado
bajo la aorta.
Cuando piensas en un poema
bajo la ducha
y el agua quema
la piel deviene bandera de lucha
poema de amor
una membrana
no una metáfora
que suda
afuera el hielo
su exitosa rutina.
UNA VOZ O SOMBRA ACÚSTICA SE MULTIPLICA Y SE EXTIENDE DESDE EL SEGUNDO PISO
¿Qué melodía es esa?
¿La Balada de una enfermera italiana
a la salida del hospital
cuando recuerda que todo está lejos
y compara su vida con una bolsa de suero
o la música de fondo del taller
donde una estudiante de química
se pasa el día combinando barbitúricos?
La memoria dispone otra escena:
tu madre haciendo aseo
con la radio a todo volumen,
sobre los vellos de su antebrazo
una gota de cloro, o una lágrima.
Las esquirlas de una época en una enceradora.
(si no la conducías con firmeza se descontrolaba
y giraba sobre su propio eje.)
Cuál será el eje de esta casa, “nuestro eje”.
¿Por qué dejas de cantar, vecina?
Un corazón, una plancha, una radio-reloj
un artefacto que no daba más
hizo corte.
Nos damos cuenta de que estamos solos
y después de mucho tiempo
ese hecho no significa nada terrible.
Le pongo letra a la melodía:
una soledad limpia
sin culpas será la condición
de esta tarde, su armazón y nervadura.
Es cierto, nos separa un mundo
una escalera empinada y un idioma.
Aun así el poema crea la ilusión
de un lenguaje privado que se abre.
EL MOVIMIENTO DE LAS ESTRELLAS FIJAS
El poema brilla por su ausencia.
La ausencia del poema
forma pequeñas olas
y nos dice
signos de una constelación incomprensible
al oído
todo el líquido de las estrellas al oído
toda esa lluvia incapaz de sobrevivir
a su propia luz
al oído
la luz vertical no tiene por qué que ser
siempre un rayo
puede ser una frazada.
NUNCA VI A UN SAUCE LLORAR DE ESA MANERA
En el espacio en desuso del poema
se puede descansar
o simular el movimiento
de un abrazo en la despedida
y el regreso:
siente los huesos
en la espalda
de la persona que amas.
Siente los huesos en la espalda
de la persona que amas
repite una voz
en sánscrito.
Pequeña brasa encendida
en el costado
las axilas irradiando calor
en el antebrazo
la sensación de existir
en la palma de la mano
una oda silenciosa a las vértebras
y su lenguaje óseo,
lleno de recovecos y de aire.
Melancolizar es una opción y un verbo
reír también.
Y si las orcas que imaginamos en Cahuil
se frotan en el salto unas con otras
para cauterizar heridas
antes de mandar todo a la soberana y submarina chucha
y así entienden su limpieza anímica
¿qué pierdes?
Yo tampoco era consciente
del músculo canino de la cara.
Sobre el movimiento de las estrellas fijas
Juan Pablo Rodríguez
Editorial Aparte 2018
Juan Pablo Rodríguez (Talca, 1985). Es Doctor en sociología por la Universidad de Bristol. Ha obtenido el premio Juegos literarios Gabriela Mistral y la Beca de creación literaria del Consejo Nacional del Libro. Es autor de Shanghai ( Editorial Alquimia, 2015).