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La verdad tiene la forma de la llave que está botada en un parque: poema de Yamil Scaffi

LA ESCRITURA DE LOS INSECTOS

I

Yo sé algo animal del lenguaje, cuando hablo espinas de algarrobo entran en mi voz. La tierra cuando se mueve es un estruendo. La tierra no se duerme cuando tú te duermes. Un reloj de alambre salpica escarabajos a mis ojos. Yo no quiero morir de cosas de miedo, de silencios inútiles, actos de ira. Es que han muerto especies más hermosas que sus párpados, y el mundo sigue, la escritura continúa pero pálidos, entre dos paredes con todo oscuro, mirándonos con el tacto, siempre hurgamos los panales de la muerte.

II

Un insecto bajo una piedra puede dominar la forma de las nubes si sueña un sueño más que verde porque sabe que el sol cambia el diseño de un árbol y las lluvias no mojan la tumba de los gatos.

III

Las hormigas han escrito /piel/ sobre las hojas de hiedra.

Han escrito /amé/ junto a un collar con monedas.

Han escrito /viento/ en las cáscaras de almendra.

Un árbol muere de eternidad por cada silencio.

Ya no quepo de raíces, ya sin ojos, memorizando mariposas inventadas por la niebla

La tierra no tiene suficiente carbón para este milagro.

Yo solo voy a cerrar mis ojos un rato, soñaré que a la primavera le sigue el invierno, y que al otoño le sigue el verano, que el sol, saliendo en reversa hace que pase todo lo que ya ha pasado pero tan despacio que ahora puedo ver…

Las hormigas han escrito /cállate/ Yo sin darme cuenta.

Las hormigas han escrito /búscalo/ pero tanto me agarró el miedo.

Las hormigas han escrito /fin/ aunque yo siempre rebobine el tiempo.

IV

Corazón que pangeas al contacto, separa de mí las especies más letales del viento, los pozos más profundos de imposibles ojos petroleros, los fósiles del silencio en nuestros lenguajes más endémicos. La verdad tiene la forma de la llave que está botada en un parque. Yo, ya no te quiero.

V

Una canción con fósforos en la niebla, la eterna verdad que envejeció mi boca hasta un silencio. Había un fuerte, una fosa, tanta lava. Todos los animales rascando las piedras. Se ha vaciado el circo de todas las demencias. Vuelve a abrir tus ojos y encontrarme a tu lado. Cómete esta manzana sangrando. Basta de sueños que no acaban. Tu piel está en todo lado y el mar ha venido a llevárselo. Recuerda que el sabor a sal viene del cabello de tu madre, la difunta enterrada en un árbol que enraíza al cielo. Recuerda que las serpientes vienen por tu padre, acariciando sus moradas pieles con los bordes de una condena. Hay que sacar oxigeno de la tierra o aprender a respirar de la piedra.

Ya no tengo sed de sal deshaciéndose al contacto. Tantas páginas marcadas con el libro de todos los miedos. Hay una pantalla que puede abrirse con mi mano para entrar al sueño. Ningún caballo atraviesa la noche con tanta lentitud,

desde que la niña del cielo levanta su moneda de plata

y duerme de espaldas al árbol que, de repente, sangra.

Yamil Escaffi (1989) Poeta y artista experimental. Ha publicado «Jaula Elemental» en 2010 y «Cadaveres Personales» en 2014, ambas por la editorial Yerba Mala Cartonera; «Vigilar el humo» en 2014, «TerraeMotus» en 2015 a cargo de Editorial Chilena Fonola Cartonera, y la reedición «Humo Vigilado» en 2018. Su reciente libro de poesía “Noctante” será publicado por Editorial 3600.



y duerme de espaldas al árbol que, de repente, sangr

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