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De la podredumbre: Reseña a "Este auto está retrocediendo" de Mauro Gatica

El arte es esencialmente experimentación. Es un juego, uno muy serio, por lo que no se lo puede tomar en serio. En este juego se proponen reglas y límites privados para luego transgredirlos con creaciones estéticas o rupturas salvajes. Es un microcosmos privado de comprensión de realidades, de percepciones sensoriales y de exploración de las cosas que son importantes para cada autor.


En este libro peculiar y sucio hay un tiempo de la historia que no se iguala nunca al tiempo del relato. Es una mirada que nunca pasa y nunca inicia: se marca repetidamente el inicio del acto i, cuadro i, escena i, como una obra lista para ser representada pero nunca puesta en escena.


En esta obra, en este intento de representación de una realidad que no inicia, Hablar es un acto inhumano. Las palabras, que supuestamente nos diferencian de otras especies animales y nos hacen lo que somos, son también el campo de la confusión, del malentendido, de la demostración que su sofisticación (o ausencia de sofisticación) no permite el contacto real de las personas, sino más bien solo resulta eficaz en cuanto aísla.


Las frases que nos conectan son las automatizadas, como la que suena en cuanto se pone marcha atrás: Atención: este auto está retrocediendo permite una mejor comprensión que los versos atomizados de un poema. Quizá por eso Gatica propone que desde que escribo ya no soy tu hijo: se necesita romper con esa automatización para ser uno mismo, al mismo tiempo que se pierde esta relación profunda con el conjunto. La palabra, pues, es peligrosa. Por ello el poeta propone: A veces imagino a la palabra como una cinta gore que no para de rodar en mi cabeza; como un dispositivo, como un cuchillo en 16 milímetros abriéndose paso entre un mar de carne descompuesta.


Mauro Gatica a estas alturas ya tiene un sello personal, personalísimo, a la hora de enfrentar la escritura de sus textos. En su propuesta se mezcla el placer, el deseo, el asco y lo sucio. Busca producir un efecto fuerte y no busca transmitir solo belleza y finura, ya que el dolor se hace necesario como necesaria se hace a ratos la catástrofe y su escombro. Y es que no se aprende tanto de lo que se parece a uno, sino de aquello que es diferente, de la caída, del dolor y también, ¿por qué no?, de la podredumbre. Esto lo convierte no en un libro bello o edificante, sino en uno necesario.



Cecilia De Marchi Moyano










LA ESCRITURA, EL CUCHILLO, SU MEMORIA SON UNA SARNA PUTREFACTA QUE NO CESA EN CARCOMERNOS LA CARNE



ese afán de asesinar siempre lo mismo en la aleatoria cruel de la escritura, cosas, rostros, paisajes en movimiento; un tiempo que parece siempre igual, como masturbarse hasta la misma muerte con el recuerdo erótico de la infancia tatuado en la memoria. escribir es borrar de una vez y para siempre, es negar, es desaparecer; en esa dimensión, en esa frontera de desaparición estamos nosotros, atrapados por la verdad del lenguaje que provienen siempre de algún punto tan vacío, tan ajeno. escribir es una trampa, es blackout, cada ángulo se traiciona en gestos predecibles, en miradas que no se detienen, en las cosas que jamás se hicieron; y nosotros como polvo, como el aliento de las moscas nos quedamos sigilosos, casi a punto de caer. es cierto: la caída es otra escena, pero esta reescritura es un engaño


OYE LECTOR YO NO TE VOY A DECIR CÓMO ¿PARA QUÉ? A QUIÉN PUEDE IMPORTARLE LAS SEÑALES DE RUTAS, LOS FAROS, LAS LUCES QUE GUÍAN; UN CINTURÓN DE SEGURIDAD, UN PALO EN EL CULO



lo diré: no me importa decirlo –porque la poesía–, le escupo la cara, la insulto, la humillo, me humillo junto a ella, lo sé –porque la poesía–. si tuviera un cuchillo le rajaría la cara, le rajaría la guata le rajaría el paño, le mearía el tajo y su herida; la golpearía una y mil veces hasta matarla –porque la poesía–, quiero que se pudra en su resurrección; que se pudra en su agujero, que sea lo que es, una flor un escupe un cuchillo, hay que humillarla junto a los que la acicalan, que la adornan como cadáver; que se muera con los que la respetan, con los que la hacen ver coqueta, con los que la hacen lucir bonita; que se muera una y mil veces la puta, que vuelva a resurgir una vez más. debe retorcerse en el suelo humillada, agobiada por sus hedores; para que despierte y me viole y no me deje dormir; para que duerma tranquila, para que flote tiernamente como una pluma que cae y nadie admira, un cuerpo una estructura desplomándose, para que no se olvide de la sangre y el dolor brotando como recuerdo de su maravilloso ano









LECTOR: ¿TE OFENDISTE POR CASUALIDAD? DEFINITIVAMENTE HAY QUE ESCAPAR DE LAS LENGUAS SUAVES QUE TE HACEN ODIAR EL AMOR PUES EL RESPETO A VECES HUELE A VINAGRE/ LO SÉ; A HECES ACUMULADAS EN LAS HENDIDURAS DE LA PIEL; LA SOLEMNIDAD FANTASMA A PUNTO DE CAER



mirando hacia dentro me digo: un incendio de verdad con muertos y damnificados, eso necesitamos; muertos derritiéndose en el fuego, casas cayéndose a pedazos frente a la tragedia, decenas de desaparecidos, cientos de rostros irreconocibles, miles de poetas sucumbiendo al fuego, a la incineración: un incendio extinto a fuerza de agua tierra y saliva, un terreno baldío listo para la acción; un tsunami devastador eyaculando nuestros rostros, una fosa común sin nombre ni cruz., sólo huesos y cenizas, carne seca y gusanos. atención: este auto está retrocediendo

Mauro Gatica Salamanca (Arica, 1974). Ha publicado los libros: “atención: este auto está retrocediendo” (2016 / 2018); “la comarca: ensayo sobre el desarraigo” (2016); “ex machina” (2015) “spin off” (2014); “escupe” (2013); “la pequeña casa en la pradera” (2012); family values (2011) y “shhh” (2010).

Cecilia De Marchi Moyano. Escritora, editora y gestora cultural. Trabaja como editora de El Taburete y como sistematizadora de experiencias en Telartes. Finalista en el premio de cuento Adela Zamudio 2012, finalista en el premio nacional de poesía Yolanda Bedregal 2013. Ha publicado en poesía Blanco (2015), los libros de narrativa infantil Abre (2016) y, en coautoría, Buscar y volver a buscar (2017), en Penguin Random House de Argentina. Varios cuentos y poemas aparecieron en distintas antologías.

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