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Dentro de uno siempre otros: poemas de Inti Villasante

MANTRAS

I

Es como llevar dinamita al límite de las palabras.

Durante días rezo hasta mi descomposición.

El juego es tirar la vida en los dados escaleras abajo por el drenaje de la K en una resolución insignificante. Recubro una hollada gigante con versiones oníricas donde éste mundo es recompuesto en la falla / lo excedido / post mortem.

Enjaulado en las dimensiones de la tierra siempre imantado a la superficie / llamado de la baba-fuego de su núcleo / dirigidos por los cuerpos distantes de luz entre el frío / exponencial crecida al ritmo del estallidogenerador un tejido de almas disímiles / el fantasma / dentro de uno siempre otros.

II

El objetivo son las infinitas formas de la naturaleza. Somos un artefacto de paso hacia liberación del cuerpo o reformulación del cuerpo. Ciegos ante auras y energías / ciegos a las vibraciones, al distanciamiento, a la conmoción de experimentarse en lo más animal (hablo del hombre común) Nadie sabe transmitirse fuera del lenguaje y es esta una enfermedad grave una condena que debería exponernos como animales enfermos de su canibalismo, de su capacidad masturbatoria encharcados en la gran generación de opuestos y de velos / en el signo Nada nos encierra tanto / nada recubre el espacio de obscenidad y degradación como el hombre con el hombre por el hombre para el hombre Hasta que lo demás sea olvido. Figurado por los organismos en un maquinar de furia y apropiación / ingenio y articulación hasta las arquitecturas del Bosco o un fractal a la velocidad límite de tus funciones.

III

Todos los caminos de la norma fueron sellados continúa la obra en los vientres de pantano / se repite en ciclo de sangres y paredes a los hilos del latido todos servidores de la energía / todos un contacto en la circuitación. No a la verdad / No al uno / No a un yo fuera del todo entonces las voces conviven una reconfiguración de espacios y presencias (bucles dentro de bucles) donde se alaba la capacidad de la imagen y el acontecimiento / huir continuo en pos de lo futuro / por el inicio arman la contra al mundo secuenciado y se llenan los desiertos crecidos luna a luna por el tiempo del hombre con pirámides y piruetas de huida a la muerte eterna fanáticos del abismarse con serpientes entre las ruedas descendientes / estallan mis labios el concreto y las losas polvo y río nuevo desde del orificio auricular.

Habitar un lugar entreabierto / he aquí que presenta su carácter de portal el lenguaje / ombligo rumbo al cosmos sacar un mar del flujo y conectarlo / con electricidad llamando a los iniciados del síntoma del caos impuesto desovado en apertura del espacio / abriendo la gama de posibilidades.

Soy una millonésima parte en el espacio más reducido aún así un relámpago azúl y blanco me vibra en los límites del canto esporas eróticas / escamas líquidas de luz disuelta / ácido el contacto

Organizo y deterioro

el globo informático y la cruz de reminiscencias.

. . .LA ELEVACIÓN. . .

(segundo monumento transmigratorio)

I

Existe un lugar con ventanas adheridas siempre a un mismo cielo al cual quitan luz para extenderla sobre el cuerpo pálido. Aquella geografía parece imitar un destello de recuerdo como si siendo fuese un sueño detenido que sueña consigo mismo naciendo de sí / detenido / para sí / casi podría decirse que imaginando al mundo.

II

Un cuerpo de mujer ha quedado flotando desde 1791. Un cuerpo de mujer se ha quedado sin reloj interno. Ha dejado la habitación en un estado de parálisis nombrándose a sí misma el nuevo eje del mundo que

permanece el éxtasis sin fin.

Sin oscuridad ni temblor son sólo el espacio y su pausa.

III

Se ha roto el mundo y su grieta mínima parece llevar intrínseco el no expandirse. La he visto ya en demasiados sueños. La he visto y me aterra la sensación próxima al sosiego que pretende dejarme dormida para siempre en su imagen que es la que ven los muertos.

Llego a ella y estoy segura de que contemplo uno de los eventos más extremos y violentos del Universo.

La he visto y me detiene como un permanente simulacro de eternidad.

HOSPITALES EN EL NIÑO QUE DUERME LARGO

Alguna tarde bajando a la ciudad / una novela de la fiebre en los hospitales / dibujando la vuelta a casa luego de meses con el mismo paseo de días

(ventana mirando faroles con cientos de hojas que derraman en el cráneo la potencia de ver con infinita claridad un recuerdo de infancia)

Enfermedades dispusieron nuestra ruina. La capacidad de nuestros accidentes ha llenado el tiempo posterior de las mismas fiebres. Sólo una convulsión a medio cuerpo y plena consciencia estruja así el cerebro.

Niños con mandíbula desplazada por la fuerza del asno / pequeños enfermos de carne infectada / muchachas que de camino a clases sufrieron desmayos hasta perder la cabeza o tobillos en gradas o elevadas zonas.

Todo pasillo blanco el paseo (alguna región de mis venas no dejó de mostrarse inflamada). Un surco desconocido de la demencia enjugó mis poros / cantores de voz gruesa en facciones de látigo salen por docenas de mis cabellos de las telas de los heridos de los pasillos y gradas y accesos de aire y eso con diez años te hace clamar ¡muerte! ¡muerte! ¡muerte! y siembra tanto miedo y extiende tanto la incerteza que obliga a soñar ciudades para recibir su oscuro insumo / trabajas de noche erosionada hasta dejarla en blanco / se vino abajo ruido susurra “morirás al lucero del alba”.

Una jaula para cañería que florece es el final del camino.

En el paseo se devoran grietas y murales ventanas y carteles y árboles / infinito contraste en los contornos / abrirse y cerrarse a un tiempo es la enseñanza eterna de la transparencia.

NUEVO TEMPLE

Crisis en salto de aristas y direcciones / padece resolución del futuro aquello que moviliza. Cocido internamente en enfermedades y microbiotas pervertidas desgarradura de oración larga eleva mi dolor. Hace falta un esquema que distinga todo aquello psicosomático guardianes contra la celeridad del ansia / abalanzando incendios mudados al occipital. Ahora un infierno físico crece con aquello que propicia calma al sufrimiento de rememorar el exceso de datos está a poco de rebasar las capacidades de cada memoria en acumulación por igual desperdicio y alimento - Me entierro en un espejo. Estar al centro de las esferas y nacer para trabajar razón demás para inmolarse en un estallido de metales y muñones.

Un día seré idéntico a la ciudad reza un hombre un día la singularidad me llenará de ventanas desde donde nos veremos los que me conforman. Un susurro de lluvia sosiega el sueño de los vecinos Humo devuelve un tiempo sin relojes abajo la energía / arriba a la energía Tendidos los enlaces / cierro los ojos hacia dos bloques de luces que interrogan el movimiento y accionar del eje yo.

Largas tardes veo panteones programando futuro / en mi lugar el vacío horas después descompongo la luz de un foco en hilos de colores cuando los tengo contados descubro que hay infinidad de otros hilos que se me ocultan.

¿Qué ideaproyectíl atravesará lo líquido de las visiones? El delirio de la fiebre celebró la capacidad del dolor y la imagen abraszando un deceso que me devuelve al mundo la templanza es otra.

Inti Villasante (Sucre, 1995). Estudia la carrera de literatura en la UMSA. Trabajó en uno de los números de la publicación independiente Síntoma, y realizó a cuatro manos el fanzine de Collage y poesía La Conturbación. En 2018 es invitado al XXI festival de poesía Enero en la Palabra. Ha publicado su primer poemario, Transportando lo oculto a plena luz (Nuevos clásicos. 2017).

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