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Hablamos de imaginar un paisaje : cinco poemas inéditos de Alfredo Aguilar

DE MENTIRA

Florece en mi boca un verbo↠que deshojo y canto//

mi saliva se confunde con el néctar de este símbolo,

y mi lengua se traslapa raigambre de palabra:

como gesto en el silencio

se espera

la guardo en los carrillos como

bolo de coca

y ahora aguarda quieta coqueta y

calientita

en mis gónadas

en mi pecho de gato

O quizás entreverada en este conjunto de palabras

CUERPO AJENO

los latidos de mi corazón siguen un ritmo constante:

yo poseo uno,

¿a dónde está mi constancia?

mi estómago recibe y procesa en silencio todo lo que yo

buenamente pueda darle

¿por qué no me permite, si lo someto, su absurda disciplina?

quizás estos órganos no sean míos

y los llevo nomás prestados

por eso el espejo me devuelve

la imagen de alguien que no conozco

que rehúye y se esconde

en los ojos

de mis ojos

PLANO

la tierra regurgita un río-plano el silencio-se compone de días y horas.

plano el hombre se arma un horario

denso, actúa

pretendiendo regularidades o constancia

plano el día, planas horas:

pero siendo la realidad más bien topográfica

no es raro estrellarnos, ciegos

en la ebriedad y los errores

ser infiel, ser maldito

plano hombre supone discurrir donde no se le permite

realidad estriada estirada es heterogénea

y no lisa, rasa, o cualquier palabra

que evoque

plano

hombre equivocado entonces llora

gimoteando en la resonancia de su bulbo raquídeo,

palpitante——latente——tangente——certero——realcientífico

AZUL

amo cierta disposición de la luz crepuscular y

rara sombra que suma un color diríamos

azul sobre los rostros,

amo su fragilidad y el permiso

que le da al tiempo

para hacerla voluble segundo

tras segundo.

Siento el sello nuevo en mi memoria inmediata:

la impronta ardiente

del asombro que tuve cuando presencié calma

empozada entre dos montañas

que se levantan hacia el cielo

como dos rodillas de ser vivo

aprensivo:

me quedo tieso durante años, centurias,

mudo testigo del eterno camino de

un grano de arena y millones más que

avanzan en entrecruzadas eólicas, duna tras duna

precipitándose como lluvia lenta hacia

el gran mar primario de

los tiempos y las formas

//

De otro modo lo mismo

salpica convergente a mi romo juicio,

y encarna duro solipsismo.

De todo nada y del tiempo ahora

se reclina mi estancia lenta y distendida: como primaria hora

las hojas se reafirman, de pronto el fuego brota como risa propia

de lado y costado las cosas se marchitan, y caen prisas a su forma triste:

nada más he visto que una palabra

sola al final de mi tiempo

una palabra asemántica que yace

al fondo de un vaso y echa burbujitas,

¿sí?

A MANERA DE SÍNTESIS

podría decir yo que la arqueología se trata de—una nostalgia monumental——que te obliga a ver atrás—no ayer, no un año——hablamos de tres mil doscientos años antes del—referente——hablamos de imaginar un paisaje—un tiempo espacio perdido——yo veo en esto lo que veo aquí——veo veo y registro—¿quién no apela al pasado para vivir?————¿no es la memoria lo que finalmente—nos constituye?———nostalgia imperial digo—conocer al tigre por su huella——conocer al hombre por eso que no puede esconder: su huella en el espacio——a manera de síntesis—podría decir entonces yo——a título personal, debo mencionar—que se huele ya en el ambiente——el aroma de ese día próximo—en que me entierre finalmente yo con todo esto—recordando siempre que allá arriba——todo tiene llave—ya no isla ya no oasis——no pensaré más un paisaje solo solamente——no estoy solo no estoy ———————————————sólo traigo conmigo a todos mis muertos.

Alfredo Aguilar (Cuzco, 1995). Estudia Arqueología en la PUCP. Para contratos razón aquí fb.com/unodostres

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