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No hay mar para lavarme la memoria: cinco poemas de Oriette D'Angelo

ESCALPELO

Holding the word scalpels on trembling lips

Stand straight, look me in the eye and say goodbye.

Jigsaw │Marillion

Brindo por el vientre al cual le costó sangrar durante un año

y por la herida de aquel día que todavía me muestra sus huesos

por el estómago que se contrae cada vez que las palabras arden

y por las cicatrices de mis piernas cuando avanzan a destiempo

por el dolor que me da llegar a las luces apagadas de mi casa

y por el vaso de agua que nadie ha recogido de mi cuarto

por todo lo que duele mi cocina

porque casi nunca siento hambre

por mi fecha de expedición extemporánea

por el cordón umbilical que me arranqué a mordiscos

por este útero roído de tanto examen

de tanta condición mujer

de tanta condición hombre

de tanta condición cadáver.

Brindo porque también se puede morir de huracanes

se puede morir de país

/ de cuerpo sano

/ de cuerpo alegre

Se pueden sacrificar todas las cicatrices por ninguna

todos los paisajes por ninguno

ningún temblor por tus temblores

todos mis miedos por ninguno

y aun así me reviento ante el temor del escalpelo

y te sangro.

TENÍAMOS A SELENE

Recuerdo los violines y la luna. Al gato negro asomado en la ventana. Recuerdo My Selene porque i would bathe in your moonlight, and slumber in peace y todo estaba bien. Teníamos rosas de pixel y tinta en paredes de una casa incompleta. Teníamos la misma vieja historia para ser contada, y los gatos, y Cortázar y la sangre. Nunca tuvimos miedo a derramarnos. Recuerdo a Jodorowsky y los videos. Recuerdo a Fando y a Lis, y a Mali. Jugábamos a ser nuestra cura porque i'll see your smile as you call my name. La risa y los dibujos y las tres de la mañana. La política y la rebelión izquierdista de tu patria. Tu terremoto y mi vista al mar. La hipótesis del encuentro no planificado, la llamada con acentos disparejos. Pero aquí estoy, always waiting, searching for my rhyme. Teníamos todas las canciones de Los Bunkers tiradas en la mesa. Teníamos todas las ganas de mordernos los ojos. Teníamos al tarot y sus mensajes de guerra. Teníamos mi vida color Skittles. Teníamos la Isla de Friendship sólo para nosotros, pero decidiste abandonar el barco y esperar otro cielo, más lejano y sin mí.

De Cardiopatías (Monte Ávila Editores, 2016)

CONSTANCIA DEL AZUFRE

Tengo una casa llena de níquel y asfalto

casa atropellada

donde escucho aullidos

donde están los santos de mis santos de mis santos

y la violencia es asunto de ecos

encuentro cruces y me siento río

encuentro manchas

disidentes que alzaron sus entrañas

golpeados

contra el suelo

acariciados

contra el suelo

190.788 grupos de esqueletos

190.788 amigos muertos de amigos muertos de amigos

que gritan desde el cielo

(o quién sabe desde dónde)

que son música entrando por la sala

190.788 sonrisas deshechas que ya no son

190.788 tumbas y entierros y tierra y coronas de flores

y rezos

Tengo la constancia del azufre

en la ranura de mis dientes

el beso del forense

que sólo ejerce oficio

la voz del que soborna

/ porque no creció

Tengo tanto país escondido

que no hay mar para lavarme la memoria

no tengo punto, sutura y paraíso

porque dicen que del polvo nacen las estrellas

y somos polvo

somos eso

que se esconde en la ranura

en la rendija

tengo ciento noventa mil amigos muertos

ciento noventa mil sonrisas sepultadas

y mil personas más

en las que debo creer.

LEUCEMIA

Te dicen que tu madre morirá

te sientan en las piernas del sustituto y te explican

que tienes que ser fuerte

que los huesos comerán su carne

y su pelo caerá.

Te dicen

que todo estará bien

y te colocan frente a la mesa de los rezos.

Jugo de remolacha

(para prevenir destinos

no activar genes enfermos

—que ya tienes—

para que apretar los dientes

no duela tanto)

y tu madre encerrada espera que entiendas

que te quiere

que no te deja, aunque tengas ocho años

aunque no sea ella la que te explique

cómo se es mujer.

Y tu madre no muere

vive y canta y sueña y tiene el pelo largo

y se casa de nuevo y tiene un perro y se gradúa contigo

trabaja y compra regalos

regaña y aconseja

es fuerte y sangra, llora y se decepciona

y tu madre vive

te lo dicen varias veces

y vive

pero en el momento en que te explicaron

cómo se vivía sin ella

entendiste.

De A través del ruido (inédito)

PROBABLEMENTE

Mientras lees este poema

alguien

está siendo asesinado

alguien

probablemente mujer

está siendo grabada sin su consentimiento

alguien

probablemente tú

está siendo acosado

alguien recibe un insulto

una crítica

una ofensa

y nadie está haciendo nada

probablemente alguien esté gritando

pidiendo ayuda

pero tú estás leyendo este poema

cuando he terminado de escribirlo

probablemente tanto tú como yo

seamos vulnerables al ataque

en este preciso momento

un hombre dice que las mujeres no saben escribir

un hombre dice que las mujeres no saben cocinar

un hombre insulta

soborna

retuerce

un hombre silencia

una mujer aguanta

cada 40 segundos alguien se suicida

y aquí ya vamos por el segundo 40

es probable que al terminar este poema

ya hayan muerto dos personas

(a manos de sí mismas)

pero no vamos a ponernos románticos

no vamos a hablar del suicidio

porque hay gente que lo estudia

que se llena las manos de sangre por nosotros

no vamos no

a criticar a los muertos

a pensar que podíamos salvarlos

mientras la depresión la padecen todos

todos tenemos derecho a morirnos

y si por algunos hombres fuera

nosotras no tendríamos derecho a escribir

dirían que este poema ya lleva 120 segundos

y que tres personas han muerto

por nuestra culpa.

Oriette D’Angelo (Caracas, 1990). Estudió Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Editora y fundadora de la plataforma literaria Digo.palabra.txt (www.digopalabratxt.com). Dirige #PoetasVenezolanas, proyecto de difusión e investigación de poesía venezolana escrita por mujeres. En 2015 obtuvo el segundo lugar en el I Concurso de Crónicas de la Fundación Seguros Caracas y en 2016 el tercer lugar en el Concurso Iberoamericano de Poesía "Letras de Libertad" de Un Mundo Sin Mordaza. Ha publicado Cardiopatías (MonteÁvila Editores, 2016; Premio para Obras de Autores Inéditos, 2014).











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