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Lo que miro es importante: poemas de Brian Alvarez

LOS ESTIBADORES

Los estibadores acorralan el camión de harina

abrumados por el polvo y el sol de abril.

El verano es peor.

El más viejo ahora comanda el camión y anota

cruces en el mapa de las descargas:

depósitos, panaderías

y otros lugares comunes.

Los más jóvenes no tienen apodo

y a todo ritmo hombrean, exigidos de más

para ganarse esa condecoración interna.

Los sobrenombres de ahora

no son como los de antes.

La frase se repite.

La frase rebota entre el polvillo

dorado por la luz

contra la lona del acoplado.

Ellos siguen, mientras comen pan mangueado

y chupan otra cerveza por las calorías

tan conscientes como yo

de que más tarde afuera encontrarán

obstáculos que la fuerza no vence.

HAY INDICIOS DE QUE LOS PASAJEROS DE ATRÁS ESTUVIERON FUMANDO TABACO BERRETA: APLIQUEMOS LA VISTA EN UN TÍTULO LARGO PARA NO OLER

Cuando se vuelve, es necesaria una disposición particular del ánimo. Despojado de la sensación de volver el cuerpo es una carga que no hace más que avanzar hacia el punto de partida.

Excepto: no existe el punto de partida. Y además: quién va a darse aires por moverse en su lugar. (Tanto espamento: aquellas nubes tristes que salen de cuadro en la ventana del tren sin desaparecer del todo no tienen la culpa.) ¡Qué orgullo haber nacido para verte leer esto con el mismo disgusto que yo!

SELECCIÓN NATURAL

El talón pisa y busca apoyo en la planta del pie. Pisa y abandona un pedazo de suelo intrascendente. O no o todo suelo importa. En conjunto con el de al lado lleva un cuerpo hasta la máquina donde más arriba se oprimirá un botón letal. Cómo es que los mamíferos llegamos a este punto cuando se suponía que usáramos los labios.

OTRA VERSIÓN DE LOS HECHOS

Los soldados del ejército revolucionario duermen en posición fetal sobre un campo con manzanas y otros organismos que a su modo también perdieron. Si la poesía flota entre nosotros ¿por qué están cayendo bombas? Al fondo de la escena, un príncipe publicitario duerme cosido a su uniforme. El terror lo afea. Ignora que más allá una mina de radar está al acecho de los descuidos de rutina. (Todo el cuadro fue pintado con la sangre de los corderos que no pudimos clonar.)

EFECTOS DE SUPERFICIE

Hay autos sobre la avenida, entre los árboles y yo, que espero el ascensor de la estación del subte. Hay autos. No hay autos. Hay. No tengo tiempo para apreciaciones de genio, pero sé que lo que miro es importante. ¿Será posible superar la grandeza y el aburrimiento de las cosas que viven sin más orgullo que el de prolongar la vida como quien conserva una herramienta ancestral cuyo uso desconoce? No tengo tiempo para estas preguntas: me basta la esencia visible de la superficie que las invoca: árboles, autos, árboles; la acción de bajar; los efectos de irse.

TRES FORMAS DE COMPROBAR UNA HIPÓTESIS EN CIENCIAS SOCIALES

I Primer acto: un médico español opera a un indio a oscuras. Segundo acto: un obispo español opera a un indio a oscuras. Tercer acto: la familia del indio a oscuras opera lo que queda de él. La obra no tiene título. II Allison Taylor afirma que cuando Colón descubrió América buscaba un pasaje hacia las Indias y que en un viaje subsecuente descubrió lo que hoy es Sudamérica. La maestra se sorprende. Lo que ninguna de las dos dice es que después de eso Colón volvió a cubrir a América. Tampoco dicen de qué la cubrió. III La moneda corriente de un país sitiado es la sangre. Me parece una divisa un poco pretenciosa. IV En la fila de las extracciones bancarias los bultos no se impacientan. Ningún diente rechina, ningún pie marca el tiempo. Todos saben que cuando les llegue el turno recibirán un disparo hecho a su medida. Pero esto no comprueba tu hipótesis.

Brian Alvarez (Buenos Aires, 1991) Poeta. Estudia Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires. Trabaja como repositor en una cadena de supermercados. Su obra es inédita.

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