Tu muerte es un circo ambulante: poemas de Alberto Masa
CRIME SCENE
Si bien no soy lo que te mata tampoco soy lágrima viva ante tu cadáver aún temblando como si se dijere a sí mismo que no quiere abandonar la vida. Los nervios siempre encuentran una razón para abandonar un nido y continuar su laboriosidad en otro. Tu muerte es un circo ambulante del que sobran los restos de un cuerpo que nadie sabe dónde se encuentra.
GIGANTE
Los chicos me estaban hartando con sus tonterías así que les dije que sacaran sus cheiras y me las clavaran en esófago, corazón y pulmones. En un principio intercambiaron miradas. Finalmente decidieron hacerlo. Era imposible. Sus miradas de incredulidad se traducían en nuevas puñaladas. Ni siquiera salía sangre. Pararon y preguntaron ¿Por qué, hijoputa? ¿Por qué? Dije que no lo sabía y me fui. Las escasas veces que volví a encontrarme con algún miembro de ese grupo de camino a por el pan o a coger el metro ni siquiera nos saludamos.
LA GENTE BUENA:
La genciana espera su fin en los balcones como la primera coronita de luz sobre el establo incinerase un paraíso repleto de tumbas. El gallo del amanecer homenajea al búho en cuyas pupilas un ciervo ciego se dio al vuelo y un manantial dejó varado el transcurrir de su agua. Ambos extremos se abrazaban en una orilla cuyo deterioro no se media por gota de sangre alguna. Eran el maná que se dejaba caer de una penumbra limpia. Eran la sopa de letras cuyo plato se incendiaba dentro de esa pila que, en tiempos aún mejores, solíamos descuidar ante la visita de la gente buena.
UNA PELUQERÍA DEL SOHO
Si yo viviera en Londres lo primero que haría sería visitar el Soho en busca de una peluquería Unisex entraría, esperaría mi turno y luego me sentaría. ¿Cómo lo quiere? Diría: Usted corte con la condescendencia que le muestro al tipo abriendo The Village por una página cualquiera. El tipo corta. Yo leo, aunque no sepa inglés. Le pregunto al tipo que no sabe español qué pone, qué coño quieren decir esas letras. El tipo se encoge de hombros. Está bien, siga cortando. La fotografía que ilustra la noticia es el siniestro total de un coche aparentemente caro. Me miro al espejo durante un par de segundos. ¡No levantes la cabeza así tan de golpe, coño! Dice el tipo. ¿Ha dicho usted lo que creo que ha dicho? Es que te voy a dar un trasquilón y luego me vendrás con quejas, hispano cabrón. No, seguramente ha dicho cualquier otra cosa. No puede haber dicho lo que me creo haber entendido. Lo mejor que se puede hacer en Londres un martes por la mañana es ir al Soho en busca de una peluquería Unisex y decirle al tipo o a la tipa que corte mientras abres un periódico que se llama The Village por una página cualquiera. ¿En España se come bien, no? ¿Qué ha dicho? I don´t know. Lo siento, no sé hablar españ… digo english Lo único que sé decir en inglés es I haven´t prostitute idea of your idiome. ¿Por qué no lo has dicho antes? Hubiera pasado la máquina directamente. Me miro al espejo. Le digo que, sea lo que sea lo que ha dicho, estoy con él. Tiene toda la puta razón. Pago las correspondientes libras y me voy a dar un paseo por las orillas del Támesis. En las lunas de los coches me observo casi sin querer hace poco más de una hora tenía pelo. La vida es una mierda, Londres no iba a ser menos. Y las peluquerías Unisex del Soho tampoco. Es entonces cuando me lanzo al río en un acto suicida. En realidad es el puto barbero el que está escribiendo esta poesía.
EN EL NOMBRE DE ANTONIN ARTAUD
Eras el hueso a veces convertido en espada de madera atravesando un par de vísceras que nada sabían qué pintaban en tu cuerpo. Fuiste el hermoso monstruo que inmortalizó Dreyer mirando fijamente a un sol que se iba y fuiste el eterno médico de una tribu parisina que, en tu fin, ausente incluso de tus órganos como bien diste a inmortalizar buscó en vano reconciliarse con un rey desastroso con una esencia que se pretendía impura a pesar de cabalgar a cuestas con la clara razón que supo, a tientas, buscar la cama y tumbarse bocabajo un día 4 de marzo que sigue siendo hoy día.
Alberto Masa. (España. 1977) ha cursado estudios en bellas artes. Hasta el momento he publicado “La mosca” (Fast Gallery, 2011), Roberto Alcázar (Eolas, 2013), Inconcreta desdicha (Eolas, 2015) y "Confesiones de un hombre raquítico" (Eolas, 2016).