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El día avanza para borrarlo: cuatro poemas de Jonnathan Opazo Hernández

El día avanza para borrarlo

La persistencia del invierno —el sol es una ampolleta de 40 watts— estación pringosa donde la tierra avanza hacia las piras de la primavera para florecer. el sol abraza la sucia superficie de un espejo, alzan los queltehues su vuelo por la noche. las tumbas se llenan de escarcha por las mañanas, un escolar escribe su nombre en la ventana de la micro: el día avanza para borrarlo. la persistencia del frío como un cuerpo muerto, lágrima detenida en el rabillo del ojo. el sonido de los cubiertos cayendo en un plato vacío, el agua que desciende por la glotis, el roce de los tallarines con la boca de un enfermo. algunos llegan, otras se van: automóviles, ataúdes, trenes, aviones, nacimientos, abortos, despidos, contrataciones, recontrataciones: un escolar escribe su nombre en la ventana de la micro: el día avanza para borrarlo.

El tercer hombre

¿Sentirías compasión por alguno de esos puntos negros si dejaran de moverse? Viena está en ruinas Orson Welles, joven, interpreta a un traficante de penicilina el mundo era como ahora un valle de lágrimas Si te ofreciera 20.000 libras por cada puntito que se parara, ¿me dirías que guardase mi dinero o empezarías a calcular los puntitos que serías capaz de mirar?

le pregunta Harry Limes a Holly Martins imperturbable: ¿piensa Dios, lejano e inabordable, en los humanos como puntos negros que de pronto dejan de moverse?

Nadie piensa en términos de seres humanos. Los gobiernos no lo hacen. ¿Por qué íbamos a hacerlo nosotros?

Orson Welles conserva la juventud que sólo pueden tener las imágenes en la televisión yo observo calculo río, si es posible, y le pregunto a Dios, si existe, en mis predicas: ¿Sentirías compasión por alguno de estos puntos negros si dejaran de moverse?

Meditación

fijar los ojos en un objeto hasta que tú seas el objeto y el objeto, tú, falleciendo.

El blanco es el color más terrible

Fíjense en el oso polar blanco y en el tiburón blanco de los trópicos, ¿qué es sino su uniforme blancura llena de escamas la que los convierte en seres horrorosos?

irradian luz los delantales de las enfermeras: sus blancos guantes de goma, el cándido marfil de sus dientes

Esa esa lívida blancura la que importa esa repugnante suavidad más odiosa que terrible a la muda repelencia de su aspecto. Así que ni el tigre de fieros colmillos con su heráldico pelaje puede hacer temblar tanto el coraje como el oso o el tiburón amortajados de blanco.

pálidos se tornan los cuerpos cansados, asustados o aquellos cuya vida se ha desvanecido hasta dejarlos como trágicas figuras de cera: no puede dudarse que una cualidad visible del aspecto de los muertos que más aterroriza al espectador es la palidez marmórea que allí se detiene en blanco fondo se recortan las agujas del reloj que en su girar van quitándole gajos a los frutos verdes de la vida y blanco también el yeso de Cristo blancas las paredes de los hospitales.

Jonnathan Opazo Hernández (San Javier, 1990). Co-autor junto a Rodrigo Figueroa del libro Junkopia (Bifurcaciones, 2016). Premio Roberto Bolaño 2016 en la categoría cuento. Becario del Fondo del Libro 2016 en poesía. Ha escrito crónicas, reseñas y columnas en medios digitales y escritos como Pániko, The Clinic, Medio Rural, Altaïr Magazine y Lo Que Leímos.



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